Barvin López

Barvin proviene de San Marcos y su vida cambió por completo desde el 21 de mayo de 2015.

Su madre, Carmen Maldonado, recuerda cuando Barvin presentaba sus primeras molestias: Dolores fuertes de estomago, náuseas, tez amarilla y su estomago parecía un poco más grande de lo normal. Barvin tuvo que someterse a varias pruebas porque sus padres estaban muy preocupados que no presentara mejoría y no sabían con exactitud cual era su enfermedad.

Después de un mes de realizar pruebas, el doctor del hospital local informó a sus padres que enviaría los exámenes a nuestro hospital para un diagnóstico indicado. Los padres estaban confundidos al no saber con exactitud lo que tenia Barvin y del por qué serian transferidos. Los exámenes dieron el diagnostico de Tumor de Wilms. Sus padres no podían creerlo, pero hicieron todo lo posible para que Barvin recibiera su tratamiento y fuera atendido por AYUVI.

Sus padres, que se dedicaban a la siembra de frijol y maíz, dejaron por un lado su trabajo para instalarse en la ciudad y poder estar junto a su hijo donde fueron atendidos con mucha amabilidad, comentó su padre, mientras su esposa buscaba la forma de trabajar estos días ya que estarían lejos de casa. La psicóloga les dio la información necesaria de cómo podrían enfrentar la enfermedad, de la mano de un tratamiento integral y de su estadía en nuestro albergue.

Barvin al escuchar la noticia se voltea y les dice a sus padres: "No quiero dejar de estudiar ni jugar con mis amigos, no quiero estar enfermo, pero se que aquí­ me van a curar, yo voy a vivir y prometo ser fuerte papitos, no me dejen..." Sus padres lo abrazan y le dicen: "Estamos contigo papito, la voluntad de Dios nos hará más fuerte para cuidarte y sabemos que en AYUVI estarás en buenas manos, aquí conocerás nuevos amigos y pronto jugarás con ellos y volverás a estudiar".

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